Los medios de comunicación de masas han adquirido gran importancia en el presente siglo. De todos los medios de comunicación masivos existentes, me interesa, especialmente, la televisión. Es de ella y de la influencia que ejerce en el niño, tanto en su lenguaje, como en sus hábitos y conducta imitativa.
El mirar televisión es uno de los pasatiempos más importantes y de mayor influencia en la vida de niños y adolescentes. Los niños miran la televisión durante un promedio de 22 a 25 horas semanales de TV. En los preescolares esa cifra llega a un promedio de 54 horas por semana, lo que significa de 7 a 8 horas diarias. Para el momento en que se gradúan del colegio habrán pasado más tiempo mirando televisión que en la sala de clase. Mientras la televisión puede entretener, informar y acompañar a los niños, también puede influenciarlos de manera indeseable.
El total de tiempo dedicado a ese medio de comunicación es a veces tan elevado, que aparentemente, queda poco tiempo para comer, ir a la escuela o dormir. Esto se debe a que los niños ven televisión mientras almuerzan o cenan, mientras leen un libro o hacen sus deberes. Es la TV más que cualquier otro medio la que proporciona una base común de información en las primeras fases de socialización del niño.
El tiempo que se pasa frente al televisor es tiempo que se le resta a actividades importantes, tales como la lectura, el trabajo escolar, el juego, la interacción con la familia y el desarrollo social. Los niños también pueden aprender cosas en la televisión que son inapropiadas o incorrectas. Muchas veces no saben diferenciar entre la fantasía presentada en la televisión y la realidad. Están bajo la influencia de miles de anuncios comerciales que ven al año, muchos de los cuales son de bebidas alcohólicas, comidas perjudiciales (caramelos y cereales cubiertos de azúcar), comidas de preparación rápida y juguetes. Los niños que miran demasiada televisión a una edad temprana están en mayor riesgo de:
- Sacar malas notas en la escuela.
- Leer menos libros.
- Hacer menos ejercicio.
- Estar en sobrepeso.
Los niños recurren a la TV para satisfacer sus necesidades de distracción, reducir las tensiones y como medio para obtener información. Este medio de comunicación es el instrumento que mejor adapta su función a la formación de valores, de modos de vida, de estereotipos, etc., que al medio le convienen. La TV transmite y forma estereotipos sociales en los cuales se presentan directa o indirectamente, mensajes que conforman una actitud, siendo esta influencia mayor en los niños quienes son moldeados en muchos aspectos por estos mensajes de televisión.
Además de las motivaciones personales, podríamos agregar un factor situacional externo al niño. El niño ve Televisión porque le es impuesta por el medio, la ve porque no le queda otro remedio. Le es ofrecida en el ambiente del hogar y se le refuerza la conducta de contemplación por los padres. En muchos casos constituye la única compañía del niño.
La Televisión presenta estímulos audiovisuales, los cuales son más efectivos que los visuales y auditivos por sí solos. Ella se impone sobre los otros medios de comunicación por penetrar en el hogar, en la vida diaria y llegar a formar parte del cúmulo de hábitos de cualquier hombre de nuestra época.
Es indudable, que la TV es una fuente efectiva para la creación y formación de actitudes en los niños, ya que desde temprana edad, son sometidos a su influencia sin poseer otro tipo de información.
La observación de la realidad adquiere un significado especialmente agudo, si nos referimos a los menores de edad entre los 2 y 6 años que es cuando en él se perfilan los sentimientos preferenciales hacia la madre, padre, familiares y otra personas significativas; a través de este proceso el niño adquiere habilidades y formas de comportarse en la sociedad.
REFLEXIÓN
Es a partir de los 4 a 5 años de edad, que se establecen los hábitos permanentes y las características emocionales, jugando un papel decisivo la imitación y la identificación. Entendemos por identificación la adopción de pautas de conducta y actitudes de sus padres y otras personas significativas para él: maestros, familiares o bien algún personaje de la TV; esto ocurre en forma inconsciente. En tanto que la imitación es consciente.
Según Bandura y Walters surge la imitación o aprendizaje social, es decir, imitas a alguien a quien admiras, que es significativo para ti.
Por todo lo anterior, surge la necesidad de ahondar un poco en los efectos de la TV en el niño y específicamente de la violencia televisiva, en la generación de conductas agresivas aprendidas por imitación. De manera que encontramos varias interrogantes, que tal vez Usted, también alguna vez se ha planteado.
La TV es un medio de gran penetración y que en los niños surte efecto en las áreas emocionales, cognoscitivas y conductuales, es decir influye en sus intereses y motivaciones hacia objetos comerciales o hacia la formación integral del niño.
Considero que hay que tener especial cuidado, ya que, la TV capta nuestra total atención en ciertos momentos y puede ser un desencadenante de una comunicación menor, principalmente la comunicación familiar..
A continuación os dejo un vídeo que me ha parecido interesante, el cual refleja como la sociedad marca a la niña a tener una televisión, ya que sino sufre el rechazo de la sociedad.
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